The machine and Japan / La máquina y Japón

I want to talk about this. It snowed and there is only one clear path, the one that goes to the vending machine for drinks that includes hot coffee and tea. I know I know it seems absurd, but things like this happen in Japan, and well I think that it stayed on some chromosome because the fascination for machines is something ... I love it, in fact, I love going to hardware stores, no I buy nothing but love those things that are used in machines even taking things apart and putting them back together. Japan passed in the Meiji Restoration from feudalism to modernity in such a short time, that it could be said that it was in seconds, all because they showed the machine (railway) to the Emperor ... Japan continues like this, with feudal traditions and aesthetics coexisting with machine. The first time I saw the HOT vending machine it was like: Oh my gosh and all the kami love it. I started to count the yen to get a can of coffee from there at the perfect temperature, it tasted like demons, but the idea was to use the little machine that does what you ask, it's something magical. It must be the same as it feels to play with the Pachinko, but without the compulsion ... operating the machine is something interesting, like Koji in Mazinger's Kabuto, hahahaha. I miss you Japan, I hope the Omicron goes away and science allows us to see each other soon.

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Quiero hablar de esto. Nevó y solo hay un camino despejado, el que va hacia la máquina expendedora de bebidas que incluye café y té caliente. Yo sé yo sé que parece absurdo, pero en Japón pasan cosas así, y bueno eso creo que se quedó en algún cromosoma porque la fascinación por las máquinas es algo.. a mí me encanta, de hecho, amo entrar a las ferreterías, no compro nada, pero amo esas cosas que se usan en las máquinas incluso desarmar cosas y volverlas a armar. Japón paso en la Restauración Meiji del feudalismo a la modernidad en tan poco tiempo, que podría decirse que fue en segundos, todo porque le mostraron la máquina (ferrocarril) al Emperador... Japón sigue así, con las tradiciones y estéticas feudales conviviendo con la máquina. La primera vez que ví la máquina dispensadora de bebidas CALIENTES fue como: Oh por Dios y todos los kami la amo. Me puse a contar los yenes para sacar de ahí una lata de café a la temperatura perfecta, sabía a demonios, pero la idea era usar la maquinita que hace lo que le pides, es algo mágico. Debe ser lo mismo que se siente al meterse a jugar con las Pachinko, pero sin la compulsión... manejar la máquina es algo interesante, como Koji en el Kabuto de Mazinger, jajajaja. Te extraño Japón, espero que el Ómicron se vaya y la ciencia nos permita vernos pronto.